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lunes, 14 de marzo de 2011

Campaña Mierani II Parte 2


Desde el linde del bosque no se percibía actividad alguna dentro del recinto amurallado. Las ruinas, cubiertas de maleza, estaban formadas por enormes sillares ciclópeos, mostrando los estragos producidos por los miles de años de abandono. Kildaren decidió acercarse en solitario para comprobar si los hobgoblins se encontraban en su interior. Cubierto por la alta hierba de la llanura que rodea la colina, no tuvo problemas para acercarse. Luego trepó por la rocosa ladera, hasta llegar a lo que debió ser la entrada a la fortaleza, de la que únicamente quedaba en pie un alto arco flanqueado por sendas torres cuadradas en ruinas. En el interior descubrió los restos de antiguas edificaciones, meros restos de muros, todo invadido por el bosque. En el centro de la fortaleza se levantaba otra pequeña colinilla rodeado por un bajo muro, y coronada con una estructura en forma de pirámide truncada. Dirigiéndose hacia la entrada de dicho recinto interior, Kildaren topo con los restos abandonados de forma precipitada del campamento de los hobgoblins. Al parecer no habían tenido tiempo de recoger casi ninguna de sus pertenencias, pero no había rastro de lucha. El explorador también percibió la ausencia absoluta de ruidos animales, ni siquiera el de los grillos nocturnos. Sintiendo una extraña aprensión, volvió con rapidez con el resto del grupo. Decidieron hacer noche resguardados por el bosque, para explorar las ruinas al día siguiente en profundidad. La noche fue tranquila, rota únicamente por el paso de una sombra gigantesca volando sobre las copas de las ramas, pero como no se volvió a repetir, el grupo descansó sin más interrupciones.


Al día siguiente todo el grupo trepo por las laderas hasta la fortaleza. Ni a pleno día era posible quitarse la sensación de aprensión de encima. Registraron por encima los restos del campamento, y comprobaron que la huida no estuvo organizada, ya que pequeños grupos habían corrido hacia diferentes puntos de salida en la muralla exterior. Kildaren incluso siguió los rastros fuera de las murallas, llegando a la conclusión de que además de los hobgoblins había al menos un par de ogros, de los cuales no había tenido noticias durante todo el camino.
Penetraron en el recinto interior, descubriendo varias tiendas de lona resguardando restos de mosaicos y relieves al parecer procedentes de los laterales de la pirámide truncada. Esta se levantaba en el punto más elevado de la colina, con unos 5 metros de altura y 21 metro de lado, bastante bien conservada, con todos sus lados profusamente decorados con relieves tallados y mosaicos realizados con teselas brillantes. En su lado oeste se abría una abertura que descendía hacia el interior. Sobre la pirámide se levantaba una especie de altar de  piedra oscura, al pie de cuyos vértices surgían canales que desaparecían en los vértices de la pirámide. Un líquido viscoso rojizo todavía era perceptible sobre la superficie del altar. Al rodear la pirámide descubrieron el origen de la sangre. El lado este mostraba un lado semi derrumbado, y sobre los restos de sillería descubrieron seis cadáveres, los dos jóvenes exploradores elfos y cuatro seres de aspecto bestial, humanoides pero con características variadas animales, como cuernos, hocicos, orejas puntiagudas y peludas, manos con garras, pies terminados en pezuñas, etc. No había dos iguales. Todos ellos habían sido degollados y desangrados, al parecer sobre el altar, para después ser arrojados por el lateral de la pirámide.

La primera en subir a la pirámide fue Iliana, y al aproximarse al altar debió de despertar a unas gárgolas guardianas, las cuales la atacaron rápidamente. Mientras sus compañeros corrían a socorrerla. Ella empleó brujería para dormir a una de las criaturas, pero no pudo zafarse de la otra, la cual la agarró y elevó en el aire, para después soltarla sobre el duro suelo. Pero cual no sería la sorpresa de la criatura cuando en vez de aplastarse sobre la pirámide, la semi-elfa cayó suavemente cual hoja en otoño, sin sufrir ningún daño. La criatura superviviente trató de volver a atacar a la bruja, pero fue eliminada por el resto de los compañeros, los cuales también remataron a la gárgola que había caído presa del sueño mágico.

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